Inteligencia Artificial en la universidad

La Inteligencia Artificial (IA) está ejerciendo un impacto profundo en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Su integración se plantea en prácticamente cualquier sector, consolidándose como un pilar fundamental de la llamada cuarta revolución industrial. En el ámbito educativo, esta tecnología comienza a ser adoptada con entusiasmo, ofreciendo amplias oportunidades para optimizar los procesos de aprendizaje y proporcionar un apoyo significativo tanto a docentes como a estudiantes en sus respectivas funciones pedagógicas.

Este proceso requiere una evaluación detenida de las ventajas que la IA puede aportar a la Educación Superior, sin dejar de lado los desafíos éticos y los posibles riesgos asociados a su implementación.

Al referirnos a la Inteligencia Artificial, hablamos de tecnologías diseñadas para imitar ciertas capacidades propias de la mente humana, como la capacidad de razonar, aprender o tomar decisiones.

Las IAs Generativas (AIGen) tienen la capacidad de crear contenido en respuesta a nuestras solicitudes. Esto es posible gracias a un proceso de aprendizaje automático que se alimenta de los datos recopilados. Estos sistemas trabajan con enormes volúmenes de información y pueden ser ajustados o reentrenados mediante nuevas interacciones para mejorar su desempeño.

Entre las IA Generativas encontramos los Modelos de Lenguaje Extenso (LLM), diseñados para interpretar y generar texto en lenguaje natural. Su capacidad de respuesta se basa en el entrenamiento realizado con vastos conjuntos de datos procesados.

Un ejemplo destacado del uso de estos modelos es ChatGPT, un agente conversacional que emplea lenguaje natural para comunicarse con la IA Generativa. Este sistema procesa las preguntas de los usuarios y genera respuestas basadas en los patrones identificados durante su entrenamiento. Su funcionamiento depende, en gran medida, de los datos recopilados, como las preguntas formuladas por los usuarios, que contribuyen a perfeccionar la calidad de sus respuestas.

Es fundamental distinguir entre las IA Generativas que no garantizan la privacidad de los datos, empleando la información introducida como parte de su entrenamiento, y aquellas diseñadas con protección de datos, que resguardan la información de los usuarios y evitan que esta sea utilizada en los procesos de aprendizaje.

Dentro de las IAGen públicas y siguiendo el ejemplo de los modelos generadores de lenguaje podemos mencionar ChatGPT desarrollado por OpenAI actualmente en su cuarta versión, Copilot de Microsoft, Gemini desarrollado por Google o LlaMA creado por Meta.

Como alternativa a las IAs públicas, actualmente, la Universidad de Almería proporciona a Estudiantes, PDI y PTGAS la oportunidad de utilizar la versión protegida del chat Copilot y de Gemini accediendo con la cuenta @ual.es o  @inlumine.ual.es.

Es muy importante conocer que, por defecto, toda la información que proporcionamos a las herramientas de IA públicas se utiliza para entrenar sus modelos, de modo que, si vamos a compartir información debemos evitar  contenga datos personales o sensibles, ya que estos podrían aparecer en resultados a consultas de otros usuarios. 

Muchas herramientas disponen de mecanismos para deshabilitar el aprendizaje de los datos que se comparten con ellas. Es importante, por tanto, conocer cómo podemos evitar que entrenen sus modelos con nuestros datos, especialmente cuando son sensibles o privados. 

Analizamos algunas de las herramientas más utilizadas actualmente:

Copilot (Microsoft)

ChatGPT (OpenAI) 

NotebookLM (Google)