Los restos de este ejemplar fueron cedidos con fines científico-educativos por el Parque Temático del Desierto de Tabernas Oasys (Minihollywood). Se trataba de una hembra que había nacido en cautividad y pertenecía a la Reserva Zoológica del citado parque. Del ejemplar se extrajo el cráneo y la piel para naturalizarlo completo que es la que se observa en la fotografía. El tigre siberiano es el más grande de sus congéneres. Su pelaje es denso para soportar el frío y su coloración algo más tenue que la del resto de tigres. En la década de 1940, la caza llevó al tigre siberiano al borde de la extinción, reduciendo drásticamente el tamaño de sus poblaciones a no más de 40 individuos en estado salvaje. El tigre siberiano se pudo salvar gracias a la instauración de programas de conservación por parte del gobierno ruso, convirtiéndose así en el primer país del mundo en otorgar protección total a este felino, lo que ha supuesto un incremento del número de ejemplares dentro de sus poblaciones.