El buitre leonado (Gyps fulvus), es el ave carroñera por excelencia, realizando una labor sanitaria (al retirar los cadáveres) en nuestros ecosistemas, en ocasiones poco valorada. Es una especie que, tras atravesar un periodo de descenso continuado de sus poblaciones, actualmente se encuentra en expansión por toda la Península Ibérica. Es una especie de gran tamaño e inconfundible, con predominio de tonos marrones, cuello largo sin emplumar, fuertes garras y pico, en la que no existe apenas dimorfismo sexual. El ejemplar naturalizado proviene de la Red de Centros de Recuperación de Especies de Andalucía y se trata de un individuo adulto. Podemos datar al ejemplar principalmente por la gola (plumas que rodean la base del cuello), blanca y algodonosa, marrón en jóvenes.
El buitre leonado desapareció de la provincia de Almería en los años 60 como consecuencia, entre otros motivos, de la mecanización del campo y la estabulación del ganado. Gracias a un proyecto de reintroducción llevado a cabo por la Asociación Naturalista Mahimón y la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, en 1998 se volvió a constatar su reproducción en la comarca de los Vélez.
Actualmente continúa como reproductor en los Vélez y su población se ha incrementado exponencialmente. Es posible encontrarlo sobrevolando los cielos de toda la provincia ya sea por ejemplares buscando activamente alimento o por jóvenes realizando sus migraciones. La especie no parece contar en la provincia con graves amenazas (por ejemplo, el uso de venenos), cuenta con zonas adecuadas para su reproducción y, si se mantiene el suministro de alimento en muladares y una gestión adecuada del tratamiento de restos de ganado, la tendencia positiva podría continuar en el futuro. La especie aparece en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial de Andalucía.